Así fue como empezó todo…
Comencé a escribir en la escuela porque me obligaron. Me resultaba muy difícil y aburrido eso de tener que repetir cada letra en el cuadernillo de escritura. Agarraba el lapicero y apretaba los dientes con la lengua fuera hasta hacerme sangre y rasgar el papel. Si algo quedaba sano lo hacía trizas con la goma de borrar, que sabía a rayos. Sacaba punta al lápiz, intentando que la viruta que se desenrollaba no tuviera fin. Después quebraba irremediablemente la afilada mina en la hoja y tenía que repetir la operación una y otra vez, hasta que aparecía la altiva señorita y me reprendía por tantos manchurrones y tan pobres resultados. Para que luego digan que escribir es tarea fácil…
Este chorra de la foto no soy yo, es uno de la plantilla.

Peter Porti
Writer & Journalist en ciernes